Thursday, June 23, 2005

Nietzsche!!!!

"Lo que permanece lo fundan los poetas".
Holderlin

Antes de empezar este ensayo debo admitir el miedo que siento al intentar escribir sobre F. Nietzsche, creo que será divertido ver como caigo en lo que mas odiaba Zaratustra*(el alter ego de Nietzsche). He sido enemigo acérrimo de las interpretaciones vagas sobre su filosofía, me he reído ante los incautos que esperaban la llegada del súper hombre; cuando lo único que he observado es la llegada del súper hombre masa.


Mi condición de epígono me destruye, no puedo sino hablar callado con mis acciones, es por eso que soy marxista, es por eso que detesto lo que huela a nihilismo chafa. Ese nihilismo que se da en la escuela y en los sueños húmedos de cualquiera que ha pasado la mirada por un libro de Nietzsche. Ese nihilismo lo acepto simplemente como unas vacaciones o como una dieta a este mundo tan atiborrado de posmotontos.


La muerte de dios se anuncio con él “También Dios tiene su infierno: es su amor a los hombres...Dios ha muerto..."(Nietzsche, 1980). Es Nietzsche, quien niega a Dios para volver la mirada al hombre, es Marx quien dice que el ateismo como negación de la esencialidad es la afirmación del hombre. Una misma idea que toma 2 caminos: el primero en un sentido narcisista, el segundo en un sentido de precondición para una revolución libertaria.


¿Quién creen que gano? Ninguno. Tal revolución nunca llego, el sujeto histórico se ha conformado, ni el arte ni los intelectuales han tomado su lugar. Marcuse lo quiso ver así, Badiou pide a los hombres de mentes libres levantarse en contra de esta manera de pensar, pero no pasa nada… La muerte de Dios trajo nuevos dioses, nuevos ídolos. En un sistema donde los hombres crean y adoran, los nuevos reyes son nuestros edificios, nuestros autos, nuestras leyes, nuestra cultura y nuestra economía.


La cita de Holderin que se encuentra al principio de este ensayo no es fortuita, me había propuesto hablar sobre el lirismo filosófico que se encuentra en Nietzsche, sin embargo, la presencia de Marx me causa ruido, por una parte tenemos una propuesta filosófica poética, por otro lado una propuesta política. Así pues, es Nietzsche quien proclama el silencio político de los filósofos, es él quien arroja la filosofía al abismo de la literatura. Una actitud sin compromisos, una actitud que abre la kermés de la subjetividad.



Parece ser una combinación de resignación frente a la necesidad como una voluntad negativa y hasta destructiva de la filosofía. A esta combinación le llamo nihilismo.
Nietzsche demostró meticulosamente que la humanidad prefiere la voluntad de la nada, en lugar de nada en absoluto. Lo cual me lleva al siguiente análisis:



El nihilismo de la ética.


El nombre moderno que se le otorga a las actuales necesidades, es como todos sabemos, economía. Objetividad Económica, la cual deberá ser llamada por su nombre: lógica del capital. Esta, es la base de donde parten los gobiernos para organizar una especie de subjetividad y opinión publica condenada de antemano a ratificar y justificar lo que parece necesario, como por ejemplo: desempleo, desigualdad, persecución de extranjeros etc. Todo esto encaja perfectamente dentro de un estado de cosas que pueden ser tan maleables o tan impredecibles como el clima mismo.


Las políticas parlamentarias tal como se practican hoy no se componen de ninguna forma sobre principios objetivos y lo que es peor, ni siquiera intentan llegar a estos. Consisten más que nada, en tratar de girar el apático consenso publico, en el

objetivo a seguir, el cual por supuesto es la economía. En si misma la economía no es buena ni mala, es en si, el lugar donde no existen los valores (excepto el del intercambio de mercancías). Estos valores, son atribuidos por la política o por el momento que experimentan los valores hacia esta neutralidad. Existe pues, un hueco, una nada, un vació el cual es complementado por elecciones, campañas o por líderes políticos.


Así pues, desde el primer momento en que este vació toma lugar, ya sea en forma de economía o de opinión pública, la ética ha estado presente como un testigo criminal del estado de cosas; esta es la ética nihilista. Ya que desde un principio afirma la ausencia de cualquier proyecto, de cualquier movimiento emancipatorio o de cualquier lucha colectiva. Bloquea pues, en nombre de la maldad y de los derechos humanos, la salida o la ruta hacia la súperhumanidad de la humanidad, acepta el juego de la necesidad, como la base para cualquier juicio de valor.


La relación que existe entre esta tesis y el vitalismo Nietzscheano es evidente. Es pues, una poderosa contribución hacia una aceptación subjetiva del status quo. Por lo tanto, no seria aventurado decir que este nihilismo ético es en parte una de las razones que previenen cualquier idea de un proyecto de pensamiento, en lugar de lo que se pregona como una idea positiva de humanismo.


Lo que se debe entender de esto, es que esta resignación frente a las necesidades económicas no es la única ni la peor de los componentes que integran el espíritu social que se mantiene aglutinado por la ética. La máxima Nietzscheana, nos lleva a considerar que cada no voluntad esta formada por la voluntad hacia la nada, es decir, “a death drive” (Badiou, 2002) un impulso hacia la muerte.


En conclusión, este ensayo ha nacido de mi intento por hacer una síntesis de un análisis desde Marx y Nietzsche. El nihilismo como se entiende aquí es una parte de lo que se vio en clases, es una precondición hacia una etapa posterior, una etapa que no ha llegado y que solo se mantiene en tinieblas a consecuencia de las calamidades del tiempo. Esta es mi forma de no guardar silencio, y creo mas que nunca que he cumplido con un ideal Nietzscheano.


El decirle si a la vida, es una idea la cual lleva implícito un desentendimiento de la situación actual, es una situación en donde todo interés desaparece y en donde toda opinión ha sido remplazada por la verdad a la cual estamos obligados. Los grandes positivistas del siglo XIX habían especulado que la ciencia habría de triunfar ante las meras doxas y creencias. Sin embargo nuestro siglo empezó enterrando las ideas positivistas. El mundo es el mundo por encima de lo bueno y lo malo, el mundo es y seguirá estando más allá del bien y el mal.

2 comments:

Sidharta Ochoa said...

Orale.....

Craso said...

Escrito fuerte: lo leo desde una escena diferente de lo "nietzscheano" - soy de los 'nadie' del subtítulo de Also sprach Z.

Uno de los méritos de tu escrito es su seriedad de núcleo.